jueves, 26 de abril de 2007

Santa Justa Klan

Santa Justa Klan es el nombre de un grupo de ¿música? surgido a raíz de esa cosa que algunos se empeñan en llamar serie, “Los Serrano”. Supongo que la brillante idea del productor al que se le ocurrió parir este engendro fue, amén de aprovechar su tirón televisivo, ofrecer a los actuales adolescentes españoles un grupo que se pretende a su imagen y semejanza. O, dicho de otra forma, dirigirse a ellos en su propio “idioma”, reflejando las que, a su juicio, deben de ser sus inquietudes y experiencias.

Pues estamos apañados. Si esta es la generación que va a pagar nuestras pensiones, ya podemos ir aprobando la eutanasia activa. He estado navegando por la web oficial www.santajustaklan.net y, al azar, he pinchado en una de sus canciones (“Yo paso del amor”). Extracto un par de estrofas:

Estar enamorado es una chorrada
que no te deja ni dormir.
Te pasas como empanao
las noches y los días.

Estar enamorado es una gilipollez.
Yo paso del amor.
Yo quiero jaleo en vez
de tanto amor.


Impresionante, ¿eh? La primera, en verso libre. La siguiente, en una muestra de revolucionario atrevimiento, rimada. ¡Y qué rimas! Gilipollez” con “vez” y, atención, “amor” con “amor”. Por no hablar de esa frase magistralmente encabalgada en los dos últimos versos. Ni los dadaístas fueron tan osados. Si Bécquer, el otrora poeta de la adolescencia, levantara la cabeza, se la volaba como su compañero de siglo Larra.

Evidentemente, mando al azar a tomar por saco y me dedico a leer con fruición todas las letras. Descubro esta otra perla, del temazo “La profesora de inglés”:

Qué malo está el pescado.
Qué mala la lechuga.
Qué malo el estofado
Y la sopa de verdura.
Qué malas las acelgas.
Qué malo el consomé.
Las coles de bruselas.
Qué malo está el puré.

Pero qué buena está la profesora de inglés.
Cada vez que la veo, la baba salpica mis pies.
Qué buena está la profesora de inglés.
Cada vez que la veo, la baba salpica mis pies.


La primera estrofa se carga de un plumazo los esfuerzos del Ministerio de Sanidad por fomentar la dieta mediterránea entre los jóvenes. La segunda provoca náuseas si uno se imagina a Boliche, el gordo apestoso del grupo (como todo el mundo sabe, una cosa es ser o estar “gordo” y otra ser un “gordo apestoso”), babeando cual troll de la serie “David el Gnomo”.

Y no se vayan todavía, que aún hay más. Lea uno la letra que lea, descubre lindezas como la siguiente, la canción “Me pica”, que reproduzco entera por su interés sociológico:

Me pica mucho, me pica,
y cuanto más me rasco, más me pica.
Empollando y estudiando, por la tarde repasando
entre libros y cuadernos, no me explico lo que siento.
Es un picor, es un dolor, un escozor, algo peor.
Corre, corre y me recorre,
me recorre, me recorre.

Pillo que te pillo
”El Señor de los Anillos”.
Pilla por la orilla
las faldas de esa niñas.
Vaya tía, vaya hembra,
la mujer de David Beckham.
Los pimientos de Padrón,
unos pican y otros non.


(Estos cuatro últimos versos harían palidecer de envidia a André Breton, el padre del surrealismo literario).

Me pica mucho, me pica,
y cuanto más me rasco, más me pica.
Todo el día con la Play,
eres un poco gay.
Aunque sea pequeño,
prefiero un caliqueño.


(Descubrimiento científico de primera magnitud: si juegas a la play station, eres "un poco" homosexual. La rima "pequeño"/"caliqueño", un hallazgo estilístico).

Paso de la ESO
y de la LODE, no te jode.
Prefiero ser Casillas
y anunciar unas natillas.
Mi padre se cabrea
cuando pierde España,
apaga la tele y se mete en la cama.


(No se me ocurre descripción más precisa de la España de hoy: el chaval pasando de estudiar porque prefiere ser un famoso televisivo y el papá sin enterarse de nada, embobado con el fútbol).

Yo me voy al baño,
algo me ha hecho daño.
No se por qué narices
me pican las lombrices.
Me pica mucho, me pica,
y cuanto más me rasco, más me pica.
Hey, amigos, a flipar como pepinos...


(¿Flipan los pepinos? ¿Lo sabe Arguiñano?).

Que una parte de la adolescencia española está formada por una panda de descerebrados es una realidad irrefutable, sobre todo para quien, como yo, tiene la desgracia de pasar a diario por delante de un instituto camino del trabajo. Lo que no acabo de entender es el empeño por descerebrar a esa otra parte que no se avergüenza de sus neuronas. A los productores de Santa Justa Klan habría que quemarlos vivos; a los padres de sus integrantes, empalarlos, y a ellos, darlos en adopción a una familia del Opus. Bueno, a los tres pequeños, porque, según tengo entendido, el gordo apestoso es mayor de edad. De hecho, quien suscribe tuvo el privilegio de verle conducir por las calles de Madrid a bordo de un coche pequeño en el que sus carnes desbordaban por la ventanilla. Así que, como ya es mayorcito, que lo fusilen al alba en la Plaza Mayor, para escarmiento de sus congéneres.

P.D.: A punto de cerrar esta entrada, descubro un chat en elmundo.es con Santa Justa Klan, uno de cuyos miembros dice que la canción "Ke te pires" es su favorita" porque "ya era hora de meter un tema con mensaje". Ojo al mensaje:

Qué más da cuál es la piel,
me da igual la religión,
yo sólo me fijo en el corazón.
En cada persona hay algo que aprender
y en cada cultura hay tantas cosas por conocer.


!Bravo! Imposible más ñoñería. Los propongo para la actuación musical del próximo encuentro de la Alianza de Civilizaciones Zapateril.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que crear un grupo para acabar con ellos: SANTA JUSTA KU KUS KLAN. Su primer single sérá "Me voy para la ducha, que me pica la capucha".

Anónimo dijo...

¿"Aunque sea pequeño,
prefiero un caliqueño"?

No sé en el vuestro, pero en mi barrio "echar un caliqueño" significa follar ¿Qué edad tienen estos niñatos? ¿Trece? Si la obra de arte la han compuesto ellos, tiene un pase -un púber salido, de lo más normalito- pero si el letrista es un adulto, me da a mi que le van los críos a cuatro patas... Qué asco ¡A lo mejor le pone el gordo!

En cualquier caso, suscribo lo de Santa Justa Ku Klux Klan.

Mambotaxi dijo...

Lo que tiene mérito es que hayas aguantado las escuchas, transcrito las letras y analizado las mismas sin llegar a vomitar. Vaya mérito el tuyo...

sonia f dijo...

¿Dónde está Herodes?????

Paesazeta dijo...

Esto no tiene nada que ver con Santa Justa Kan. Más bien con Hugh Grant, que ha agredido a un reportero gráfico con una tartera llena de judías!!! Por favor, puede existir algo tan grotesco, surrealista, ridículo??... Ni Margarita Six Fingers en sus mejores tiempos hubiera protagonizado una anécdota tan deprimente... Ésta, por cierto, debe estar jodida por este incidente que le ha robado el podium a LA AGRESIÓN MÁS GROTESCA: JUDÍA O LADRILLO, EL DEBATE.

Anónimo dijo...

Son héroes de corto recorrido, carnaza de hoy, excrementos de mañana. Lo más triste es que, dentro de unos años, serán como esos veteranos del Vietnam que volvían a casa tullidos y a quienes ni las más sucias putas se dignaban a escuchar. El fenómeno del endiosamiento infantil con fines lucrativos es algo siniestro. Hace un par de años asistí en directo -con mi hermnana de cuatro años- a un concierto a todas luces satánico protagonizado por una niña llamada Isabel, una estrella del pop de 6 años famosa por cantar aquello de "antes muerta que sencilla". Las canciones eran una auténtica mierda y los movimientos de Isabel recordaban a los de las finalistas de Pequeña Miss Sunshine, pero daba igual. Miles de niños, acompañados por padres y/o hermanos tan gilipollas como yo, coreaban su nombre como si del mesías se tratara. El concierto estaba organizado por la productora de un personaje que personalmente me estremece: José Luis Moreno; y conducido por uno de sus más irritantes efebos: Alex, el de la primera edición de OT, el cual, en un arranque de simpatía y espontaneidad, cogío el micrófono y dijo: "¿Ves, Isabel? Han venido miles de pequeñs Isabelitas que quieren ser como tú". Apunto de saltar al escenario y partirle la cara. Lo juro.

¡A toda mecha!

Anónimo dijo...

Tais tos amargaos!!!