jueves, 3 de mayo de 2007

Miscelánea de seres despreciables

Es decir, personas a las que uno cree justificado aplicar la peor de las torturas y que, por no dar de sí para una entrada propia, recopilo a continuación, animando a posibles lectores a ampliar la lista.

- Los que dicen que Rossy de Palma tiene una belleza “picassiana”.
Seamos serios: Rossy de Palma es más fea que pegarle a un padre o, ya puestos, que el “Guernica” o “Las señoritas de Aviñón”. Bien es verdad que se parece a alguna de las figuras de este último cuadro, pero eso la convierte, a lo sumo, en picassiana, no en belleza. Esa nariz torcida y kilométrica, esa boca de yonki con mono, esos ojos más caídos que las tetas de Sara Montiel… por favor. A lo mejor la chica es buena actriz y una excelente persona, pero es que, aplicando la misma regla de tres, el Fary sería una belleza bosconiana y el enano del Dúo Sacapuntas (que en paz descense), una belleza velazqueña.

- Los que piden un sueldo para las amas de casa.
Esta gilipollez paternalista es tan evidente que sobraría todo comentario si no fuera porque hay gente aún más idiota que se dedica a calcular periódicamente la aportación de las amas de casa al PIB o lo que se llevarían de pensión si cotizaran a la Seguridad Social. ¿Por que no dar un sueldo también a los maridos que hacen chapucillas en casa, a los presidentes de las comunidades de vecinos, a los hijos que bajan la basura, a las viejecitas que limpian las cacas de sus perros... o a los amos de casa, que haberlos, haylos?

- Los que dedican su tiempo a estudios estúpidos.
El otro día leí una noticia en el periódico según la cual los españoles somos los europeos que menos nos quejamos mientras esperamos en una cola. Hoy he leído otra sobre la velocidad media de los madrileños al andar, que nos convierte en los terceros más rápidos del mundo por detrás de los habitantes de Singapur y de no recuerdo qué otra ciudad. ¿Para qué coño sirve todo esto?

- Los que hablan con supuesto acento chino en los restaurantes chinos.
Es decir, los que, por ejemplo, levantan el brazo y rebuznan: “Camalela, tlaiga más aloz, pol favol”. Qué pena de muerte más merecida. Y si, al decirlo, miran a su alrededor en busca de la complicidad de los otros comensales, qué descuartizamiento posterior del cadáver más merecido. Y si, además, le propinan un codazo de colegueo al de al lado, qué meada sobre su tumba más merecida.

- Los que flipan con el golf.
No los que se limitan a jugar y ya está, que también tienen lo suyo, sino los aficionados a perorar sobre las bondades de este ¿deporte?, consistente en pegarle un hostión a una pelotita y mandarla a tomar por culo para luego andar un buen rato en su busca. Que si con el golf se disfruta del medio ambiente (después de habérselo cargado construyendo el campo), que si es un ejemplo de ecología por el uso de agua reciclada (que también servirá, digo yo, para regar cultivos más aprovechables en un país candidato a la desertización como España), que si con tanto paseo se puede charlar amigablemente de negocios (pues chico, te llevas al cliente al campo, cogéis una piedra, la lanzáis a hacer puñetas y a por ella)...

- Los que van de vacaciones a la India y, al volver, dicen que este país les ha cambiado o cuentan que en él se hace esto o lo otro.
¿Por qué les ha cambiado? ¿Porque han visto que los pobres pueden vivir con dignidad? ¿Y para enterarse de eso se tenían que ir a la India? Por otro lado, en este país hay 1.000 millones de habitantes, cientos de idiomas, docenas de razas, fieles de no menos de cinco grandes religiones, climas que oscilan entre el invierno casi permanente del Himalaya y las temperaturas asfixiantes del sur... con lo que cualquier expresión que empiece por "en la India, lo que hace la gente es..." debe desecharse. Nadie puede pretender conocer un país más grande que Europa Occidental por haberlo visitado 15 días o un mes. Cuando viajen a él casi un centenar de veces, como el yogui español Ramiro Calle, que empiecen a plantearse abrir la boca.

- Los que escriben de Joaquín Sabina que es un “canalla entrañable”.
Canalla lo es, por esa vida de crápula nocturno que tanto gusta de airear. Entrañable, según se mire. A mí me lo resulta, pero hay gente a la que le cae como una patada en el estómago, supongo que por su demagogia política. Ahora bien, lo de “canalla entrañable” está más visto que lo de “Estambul, a caballo entre Oriente y Occidente" o lo de "Madrid, donde a nadie se le pregunta su origen", así que todo periodista que emplee tal recurso debería ser expulsado de la profesión, si es que ésta existe.

- Los que, según ellos, corrían delante de "los grises".
O sea, tantos y tantos hombres españoles en la cincuentena. Si todos los que dicen que corrieron delante de "los grises" lo hubieran hecho, no entiendo cómo duró casi 40 años la dictadura de Franco, el cual, que yo sepa, murió en la cama de viejito. A lo mejor son los mismos que el 23-F se quedaron en sus casas debajo del sillón, porque delante del Congreso sólo había algún periodista con cojones y un par de curiosos que pasaban por allí.

6 comentarios:

Tarquin Winot dijo...

Has abierto una presa, Otis. A titulo de ejemplo:

- Los que llegaban a los exámenes bufando y lamentándose de no haber estudiado y luego sacaban sobresaliente (O eres un genio o un cínico de cojones, amigo).

- Los que van a tu trabajo y, viéndote rodeado de papeles, con el móvil zumbando como un poseso y hablando por el fijo y te preguntan con aire suspicaz, ¿perdona, estás ocupado?

- Los que te recomiendan un libro diciéndote que es delicioso, generando en ti un irrefrenable deseo de demostrarle que, a pesar de ser una estupidez estás dispuesto a comprobar dicho extremo metiéndoselo hasta el esófago.

- Los que se ponen de cabrito asado y tarta de merengue azucarada hasta las cejas y luego hondean el sobrecito de azúcar para que se lo cambién por sacarina mientras estirándose en la silla y con un codazo cómplice te guiñan un ojo y te confiesan que "hay que cuidarse"

No sigo, que me embalo.

sonia f dijo...

¿Puedo, puedo?????

-Aquellos que disfrutan con pelis como "Dias de fútbol", "El espinazo del diablo" o "El penalty más largo del mundo" y ante mi desprecio por tan lamentables obras sólo saben decir que es mejor que todo lo que viene de yankilandia...
-Los taxistas que no te preguntan si te molesta que ellos fumen (SEÑORES, SÍ ME MOLESTA!!!)
-Aquellos que sólo ven pelis "con mensaje"
-Los fans del movimiento Dogma (os han tomado el pelo, chatos!)
-Los que no aprecian "humor amarillo"

Otis Driftwood dijo...

"Humor amarillo" es uno de los mejores programas de la historia de la televisión. Aparte de descubrir a Occidente que todo japonés, bajo esa apariencia de asiático con gastritis, lleva un payaso dentro, dio a conocer al emblemático Chino Cudeiro. Mis favoritas son la prueba de los troncos y la de la liana, en la que salen volando para estamparse contra una pared llena de una sustancia viscosa.

Paesazeta dijo...

Por favor! Soy fan número uno de Humor Amarillo! Un programa exitoso donde los haya, pues a lo largo de los años ha ido deambulando de canal en canal, pero siempre ha seguido presente! Por algo será! Lo que más mola es ver a los emperadores disfrazados de Rápel en día de fiesta despotricando contra los concursantes, siempre pintorescos y sin ningún sentido del ridículo! SOY PROCUDEIRA!

Al dijo...

yo yo
los que te hablan un libro y cuando les dices que no lo has leído te sueltan - !qué afortunado eres! !como te envidio!

Paesazeta dijo...

Otros más:
- los que van al cine a comer, y no sólo a comer, sino a comer ruidosa y grotescamente. Es decir, aquellos que comen palomitas, nachos o crjientes sucedáneos... a lo monstruo de las galletas montando un escándalo del carajo.

- Los que van al teatro y en cada diálogo apostillan, hacen comentarios inoportunos y carentes de sentido ni gracia y... claro... te joden la representación!

- Los jefes que anteponen "te sugiero" a sus órdenes.