jueves, 10 de mayo de 2007

¿Y Franco qué opina del peinado de Beckham?



He dejado de leer periódicos. Ni por eliminación encuentro alguno que no me dé ganas de vomitar por su partidismo, manipulación y sensacionalismo. Así que me limito a elmundo.es, menos amarillo que su hermano impreso, mejor diseñado y con una navegación más amena -a mi juicio- que las versiones online de otras cabeceras nacionales y con la ventaja añadida de publicar las últimas noticias casi en tiempo real, como la radio. Pues bien, acabo de entrar en su página y me he topado con un fascinante titular -arriba, junto a la cabecera, entre los destacados- según el cual Beckham se ha cortado el pelo, con fotito incluida por si no me creo tamaño notición. La pregunta, claro, es: ¿y?

En la facultad me enseñaron que los dos criterios para valorar una información son el interés y la importancia. Por ejemplo, la presentación de los Presupuestos Generales del Estado es una noticia importante, porque nos afecta directamente a todos, pero no interesante, porque aburre a las cabras. Al revés, el descubrimiento de la tumba de Herodes es interesante -histórica y culturalmente- pero no importante, porque, si no la hubieran encontrado, no hubiera pasado absolutamente nada.

El corte de pelo de Beckham, a todas luces, no es importante, así que para los responsables de elmundo.es debe de ser interesante. Lo triste es que probablemente tengan razón, que lo que este niñato hortera hace con su cabellera interesa a un montón de gente. Ha sido leerlo y recordar también cuando, hace años, Capello dimitió -o lo echaron o se fue porque se le acababa el contrato, qué más da- como entrenador del Real Madrid. Ese mismo día habían muerto en un accidente de tren en África cientos de personas. ¿Con qué abrieron los telediarios?

Tampoco hay que remontarse en el tiempo. Cualquier informativo televisivo de hoy en día se caracteriza por la abundancia de sucesos, chorradas varias -de esas que presenta con su media sonrisa el holograma humano Matías Prats, en plan “ha nacido un gato rojo con tres penes en China, menudo lío al ir al baño, ja-ja-ja” y cotorreos futbolísticos. Bien es verdad que, si de política nacional se trata, el nivel es tal -declaraciones cruzadas entre un partido y otro sin el menor contenido- que no merece atención (salvo los exabruptos trimestrales de Aznar, al que el PSOE nunca podrá agradecérselos lo suficiente). Y, a nivel internacional, los cien muertos diarios en Irak, el enésimo atentado en Palestina o la última subnormalidad de Bush han dejado de interesar por el tono cansino con que se emiten.

Por terminar con la radio, fue el primer medio informativo que abandoné, antes incluso que la prensa o la tele, porque, si la formación de mi opinión depende de tanto tertuliano omnisciente, apaga y vámonos. Así que aquí estoy, feliz cual abuelo de “¿Y Franco qué opina de esto?”. Con todo lo que me queda por hacer en esta vida, ¿para qué dedicarle tiempo a informarme si de lo que debo enterarme es del peinado de Beckham?

1 comentario:

Tarquin Winot dijo...

Desde el momento en el que los informativos reducen su duración o, incluso, desparecen, para que pueda emitirse el amistoso de fútbol entre España y Chipre, queda claro qué es noticia en este país. No se preocupe, abuelo, que yo le llevo la fabada Litoral a su casa.